ACCESO AL BLOG


viernes, 18 de junio de 2010

De qué saben los poetas o de la verdad en el arte.

Esta pregunta se la hacía Platón en el libro X de La República, en el que estudia el papel de las artes imitativas (miméticas) dentro de la república. Platón, que ha sido educado con la poesía de Homero, reconoce, muy su pesar (como después dijo Aristóteles refiriéndose a Platón: soy amigo de Platón, pero más de la verdad) que el arte está tres veces alejado de la verdad, ya que el arte imita a la realidad, es una copia de ella y ésta, a su vez, es una copia de las ideas. Dice Platón:

Dejemos establecido, por tanto, que todos los poetas, comenzando por Homero, son imitadores de imágenes de la excelencia y de las otras cosas que hacen, sin tener nunca acceso a la verdad; antes bien, como acabamos de decir, el pintor, al no estar versado en el arte de la zapatería, hará lo que parezca un zapatero a los profanos en dicho arte, que juzgan sólo en base a colores y figuras.

Estas afirmaciones son perfectamente aplicables en nuestros días y, también, a las nuevas artes que han aparecido como el cine o la fotografía.

Sin embargo, el artista, sea pintor, poeta, escultor sabe de algo, es decir posee un saber hacer producto de un aprendizaje. Bien, el problema es determinar en qué consiste su saber hacer a diferencia de otros saberes y en qué consiste su verdad, esto es, la verdad en el arte.

En el arte hay dos momentos:
1. El momento técnico o tecnológico.
2. El momento ideológico.

El primero momento es aquel que se aprende para poder hacer el producto artístico. Por ejemplo, aprender a pintar un cuadro: saber cómo mezclar colores, qué tipos de pinturas existen etc. O en poesía, saber lo que es la rima asonante, consonante, la métrica de los versos, saber lo que es un soneto, una metonimia etc.
El segundo momento son las respuestas de todo tipo para definir lo que es poesía, pintura, escultura, música, etc. y de qué se ocupan esas artes o saberes. Aquí las repuestas son enormemente variadas y, por tanto, muchas de ellas equívocas, confusas y oscuras. Así, todo aquel que sepa música sabe distinguir un do de un re, sabe lo que es un intervalo de segunda, qué notas forman el acorde de do mayor etc. pero tendrá muchas más dificultades para responder a la pregunta qué es la música o por qué hay que estudiar música en educación primaría y secundaria. El tipo de respuesta que dé, ya no serán técnicas, sino ideológicas.

Según esto, yo creo que los artistas (poetas, cineastas, músicos etc.) saben realmente del primer momento, pero no del segundo. Su verdad reside en el primero. El problema surge, como dice Platón, cuando creen que saben del segundo, cuando hablan de una verdad que no es de su campo técnico específico. Así lo vemos hoy en día cuando el artista se manifiesta políticamente, religiosamente, históricamente, filosóficamente o científicamente, que demuestra su ignorancia frente a un verdadero filósofo, historiador, teólogo, químico, médico etc. Significa todo esto que un pintor, un poeta, no pueda pintar nada, escribir sobre nada. No, en absoluto. Solamente han de reconocer que lo que afirman no es la verdad o que están alejados de ella. Esto no quita para que esa persona sepa realmente de un tema que no es su arte, por ejemplo de historia, pero entonces, ya no hablaría como artista, sino como historiador.

Tan importante es saber lo que se sabe como saber lo que no se sabe. Aquí podemos ver el alcance del famoso aforismo de Sócrates que inspiró toda la filosofía de Platón: sólo sé que no sé nada. Por eso, también, afirmaba Goethe: escultor, esculpe y calla. O como dice el refrán: zapatero a tus zapatos.

Francisco Belda de la Santa.

0 comentarios: