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miércoles, 24 de marzo de 2010

¿Qué es el arte?


Leyendo el escrito de Bernardo recordaba esta cuestión que en alguna ocasión he planteado a mis alumnos de Historia del Arte. Mi intención no era otra que hacerles reflexionar y a cada respuesta les planteaba un nuevo interrogante. Terminaba noqueándolos cuando les mostraba la fuente-urinario de Duchamp. Dos ideas quería que les quedaran claras: lo cambiante del modelo artístico y la visión del artista como hijo de su tiempo, intrínsecamente vinculado a él.

Si asociamos arte a belleza, dominio técnico, originalidad… seguramente encontremos reconocidas obras de arte en las que podemos cuestionar estos conceptos: ¿podemos hablar de belleza en “La carga de los Mamelucos” de Goya? ¿Es original “El fusilamiento de Maximilano” de Manet? ¿Lo son las representaciones de Cristo crucificado que se repiten sin apenas variantes?

Igualmente abundan los genios despreciados en vida (Van Gogh no vendió un solo cuadro en vida, Mozart murió en la ruina y se le enterró en una fosa común). Lo mismo que se despreciaron periodos completos (gótico es un término acuñado en el renacimiento para referirse a las manifestaciones artísticas anteriores, vinculándolas con los godos, los bárbaros, en contraposición de lo clásico). La Iglesia y la religión han sido las principales generadoras de obras de arte y las que más destrucción han provocado.

Con esta sucesión de paradojas solo pretendo mostrar lo variable que puede ser, y de hecho ha sido el calificativo de artístico. Por eso me sorprende que se utilicen afirmaciones tan categóricas. No puedo compartir la idea de que el siglo XX es el siglo de la frustración artística. Hasta el siglo XIX el artista es básicamente un empleado que trabaja según encargos en muchos casos acotados por contratos que recogen de forma exhaustiva las exigencias del contratante. A partir del siglo XIX los artistas gozan de mayor libertad creativa, de ahí la multiplicación de tendencias, la originalidad de muchos planteamientos.

Finalmente me parece importante vincular al artista a su época. El siglo XX ha sido el más caótico y absurdo de la historia de la humanidad, ha contemplado los mayores logros y las barbaridades más grandes, la riqueza más generalizada y el hambre más extendida, la carrera armamentista más loca que se haya visto. Si ha cambiado tanto la vida, ¿no es normal que lo hagan las manifestaciones artísticas? Aunque algunas que parecen novedosas no lo sean tanto (la pintura abstracta ya se inventó en la prehistoria).


Angel Bermejo


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