ACCESO AL BLOG


domingo, 9 de agosto de 2009

De la felicidad y los afectos.


Buen tema de tertulia, Jesús. He visto las reseñas de los libros que comentas y me gustaría hacer el siguiente comentario.
En las últimas décadas los libros sobre los afectos (emociones, sentimientos y pasiones) se han convertido es un nuevo género literario. Todos ellos tienen una finalidad: alcanzar la felicidad, ya que consideran a ésta el estado afectivo por excelencia. El volumen de publicación de este género literario es inmenso en comparación con otros géneros. Las ventas de estos libros son millonarias. Pero ¿han descubierto algo? ¿ha quedado resuelto el problema de la felicidad? ¿de la educación o el dominio de los sentimientos? Yo creo que no. Como escribía Goethe en Fausto: ¿Crees tú que un árido pergamino es la fuente sagrada que, cono sólo beber de ella, apague la sed para siempre? ¿Por qué? Porque proponen una idea de felicidad basada en los sentimientos, cuando, en mi opinión, que es la de filósofos estoicos como Séneca o modernos racionalistas como Spinoza, la felicidad no tiene nada que ver con los sentimientos. Los sentimientos son las enfermedades del alma y la felicidad no está en los deseos, en los sentimientos, por dos razones: 1) porque estos nunca serán saciados y 2) porque cada uno tenemos deseos distintos, por tanto, felicidades distintas, aunque a todas reciban el mismo nombre. Y, como vivimos en sociedad, relacionados unos con otros, la felicidad de unos supone la infelicidad de otros.
La felicidad, más bien, es suprimir todo deseo o quedarnos con uno solo que no sea subjetivo sentimental: la adquisición del pleno conocimiento del Mundo, de la naturaleza, que Spinoza llamaba Dios. Hay que entender la vida, las cosas que suceden o nos suceden en ella, no sentirla. Como por ejemplo la demostración de un teorema geométrico que en absoluto depende de los sentimientos. Los sentimientos, entonces, surgen de la ignorancia y, como no lo sabemos todo, de no aceptar las cosas que suceden y que no podemos explicar. También comparto con Séneca que ver el mundo de esta manera no es cosa fácil, pero lo iremos consiguiendo en la medida en que adecuemos nuestros actos a estos pensamientos.
La felicidad, en todo caso, como dice Spinoza en su último teorema de su Ética no es premio a la virtud sino la virtud misma que, añado yo, es el conocimiento y no los sentimientos, y no gozamos de ella porque suprimamos nuestras concupiscencias, sino que podemos suprimir nuestras concupiscencias porque gozamos de ella.
Otro defecto de este tipo de libros es que tratan los sentimientos, las pasiones, las emociones de una forma muy grosera. Muchas veces no se distingue entre estos tipos de afectos. Y, otras veces, no se estudian detenidamente afectos concretos. Por ejemplo, definir el odio, el amor, la ira, la envidia, la repugnancia, el respeto, la valentía etc. con sus causas, consecuencias y relaciones entre ellas.
La Filosofía antigua, medieval y moderna estudió todo este mundo de los afectos con mucha profundidad. Os dejo el siguiente enlace donde el filósofo Alfonso Fernández Tresguerres da muestra de ello. http://www.nodulo.org/ec/aut/aft.htm
Francisco Belda de la Santa

0 comentarios: