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martes, 5 de abril de 2011

Las elecciones.

Como todos sabemos, aunque algunas veces tratamos de engañarnos fingiendo ignorancia, en las elecciones los políticos prometen todo lo que los electores quieren escuchar. Prometen en función de la demanda, por lo que, alguna veces, no engañan a nadie, hacen lo que les pedimos. Son profesionales de las ilusiones y las mentiras, como tantos sectores de la sociedad (las iglesias y sus religiones son otro ejemplo ). ¿Cambiando a Zapatero se resuelve el problema?, ¿Rajoy,resolverá el problema del paro?,.. etc. Sabemos que no, pero cada uno de nosotros, que pertenece a un rebaño (utilizo la palabra igual que se emplea en religión ), quiere creer que se hará realidad. Nos engañamos porque necesitamos este engaño.La situación es complicada y necesitamos promesas e ilusiones (no solamente en nuestra vida interior), por lo que necesitamos las promesas de estos especialistas de la magia que son los políticos. Y, aunque nos engañen, seguiremos votando y esperando que lo que prometen se cumpla. Ejemplo local de este actuar como ovejas pertenecientes a un rebaño no religioso ( siento que siempre sean estos animales los que se lleven el ejemplo de tontura, la ciencia nos dirá el día de mañana si estamos equivocados o no con el ejemplo ): El tren no llegará a Tomelloso. El Partido Popular no lo incluyó cuando planificó la línea Madrid-Jaén y el PSOE prometió la llegada del tren. Los votantes siguen religiosamente votando a sus partidos/iglesias a pesar del engaño. El ser humano necesita creer en un ser superior y... en un ser inferior, que les indique el camino y les tranquilice sobre el futuro de su cuerpo y alma y... de su trabajo, dinero, familia, jubilación. El futuro en el cielo y en la tierra. Podemos no creer en los políticos, como se puede vivir sin creer en un ser superior, aunque en más complicado no tener en la mesita de noche al santo respectivo del PSOE, PP o IU, pues los problemas que, presuntamente resuelven, los tenemos más cercanos, mientras que los otros pueden esperar (exceptuando que tengamos alguna enfermedad o crisis existencial y haya que mirar arriba). En resumen, compremos las hojas parroquiales (medios de formación de opinión o prensa) y hagamos caso de las promesas de los políticos para estar ilusionados un tiempo. En caso contrario, descanso y otra cosa menos en la que creer y sentirnos engañados. Jesús García-Chicote Olmedo.

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