ACCESO AL BLOG


lunes, 9 de noviembre de 2009

A propósito de la muerte de Lévi Strauss

Los grandes hombres de ciencia y del saber en general lo son porque son polémicos. Porque pensar es siempre contra alguien. Las afirmaciones en su campo científico han generado polémica tanto en sus respectivos campos como fuera de ellos. Este es el caso de Claude Lévi Strauss. A partir de sus estudios antropológicos combatió el etnocentrismo cultural y fue uno de los grandes impulsores del relativismo cultural. El relativismo cultural tuvo una gran vigencia a partir de la Segunda Guerra Mundial y hacia finales del siglo XX se fue diluyendo, reconvirtiendo, en el conocido multiculturalismo, hoy llamado por otros interculturalismo. Frente al etnocentrismo, el relativismo cultural afirma que todas las culturas son iguales, que no hay culturas mejores o perores que otras en valores y dignidad, aunque sean desiguales, eso sí, en contenidos. Por tanto, una cultura no puede ser juzgada desde los parámetros de otra cultura, sino desde sus propios parámetros. Lévi Strauss resumió ésto en la siguiente afirmación: salvaje es el que llama a otro salvaje. El relativismo cultural acusa al etnocentrista, es decir, al que afirma que hay culturas superiores a otras, de intolerante, retrógrado, intransigente, irrespetuoso con los derechos humanos, racista etc.
El multiculturalismo ha intentado mediar entre el etnocentrismo y el relativismo cultural, pero, en mi opinión, no ha resuelto el problema, porque al entender el multiculturalismo como diálogo entre culturas, no se solucionan los problemas que generan en un territorio hechos culturales diferentes o contrarios. Por ejemplo, monogamia frente a poligamia. El diálogo es la excusa para que cada uno siga haciendo, mientras se dialoga ( a veces eternamente) lo que le parece bien.
El problema de estas tres opciones es que parten de la existencia de las culturas, entendidas como esferas cerradas globales enfrentadas unas a otras y ésto no es así. No existen las culturas así entendidas, porque los límites entre unos y otros no están definidos, delimitados y, por este motivo , no están enfrentadas. Lo que realmente está enfrentado son algunas partes de esas culturas consideradas de forma global con otras partes de otras culturas también consideradas de forma global. Por ejemplo, no es que la cultura cristiana está enfrenada a la musulmana, sino que la monogamia heterosexual como forma de matrimonio propia del cristianismo está enfrentada a la poliginia heterosexual que admite la religión musulmana. O sea, que hay enfrentamiento entre religiones o partes de religiones, no entre culturas. O la monogamia heterosexual está enfrentada a la monogamia homosexual dentro de los países occidentales de tradición cristiana. Y así podríamos poner más ejemplos.
De esta forma, podemos decir que el relativismo cultural de Lévi Strauss no se sostiene, porque sí hay partes de culturas que son mejores que partes de otras culturas. Por ejemplo, la astronomía griega basada en la esfericidad de la tierra es superior a la astronomía maya basada en la concepción plana de la Tierra. O la monogamia garantiza mejor la igualdad entre los cónyuges que la poligamia.

Francisco Belda de la Santa.

0 comentarios: