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jueves, 13 de agosto de 2009

El cerebro racional se apoya en el cerebro emocional

Estimado Paco: La recomendación que hice de leer sobre el libro de Ignacio Morgado "Emociones e inteligencia social" no estaba muy ligada al tema que planteaba de la comprensión del dolor de los demás, ...que era el tema de debate.
El libro de Ignacio Morgado (Catedrático de Psicobiologia y miembro de la dirección del Instituto de Neurociencia de la Universidad Autonóma de Barcelona), es un trabajo más sobre el conocimiento CIENTÍFICO del cerebro.
"Un conocimiento científico que ha trastocado las creencias, fuertemente arraigadas, que separaban el alma del cuerpo, el pensamiento de la biología....y como apuntó en "El error de Descartes" Antonio Damasio, se equivocaban quienes pretendían que razón y sentimientos eran materiales incompatibles, que no se podía alcanzar un buen razonamiento si estaba contaminado por las emociones.Que sólo la razón fría podía dar las mejores soluciones. Ignacio Morgado nos demuestra en este libro que el cerebro racional se apoya sobre el cerebro emocional, que el razonamiento siempre está tamizado por los sentimientos y que éstos pueden modularse a su vez a través de la razón" indica Milagros Pérez en el prólogo del libro.
"No nos engañemos acerca del "razonable" imperio de la razón. El bienestar psíquico tiene que ver mucho con el necesario acoplamiento entre la lógica y los sentimientos, entre la emoción y la razón...No podemos convertirnos en seres que anulan o aparcan sus sentimientos. Sólo la inmadurez emocional o la enfermedad pueden originar seres o comportamientos puramente emotivos o puramente racionales y sólo el equilibrio emoción-razón garantiza el bienestar de las personas. No son ideas nuevas, como bien ha recordado el neuropsicólogo Antonio Damasio en un libro reciente, el filósofo holandés del siglo XVII Benedictus Spinoza ya afirmaba que la única manera de superar una pasión irracional es mediante un acto positivo más fuerte y desencadenado por la razón...así como Baltasar Gracián en el "Arte de la Prudencia" escribe el autor en la introducción.
Por último indica Morgado "en este libro nos proponemos explicar la naturaleza de los sistemas emocionales y racionales de la mente humana, cómo están organizados, cómo funcionan y cómo interactúan...Este objetivo nos llevará hablar del cerebro, de su evolución a lo largo de millones de años y de procesos mentales relacionados con las emociones, como las percepciones, y las motivaciones, la memoria o la consciencia..el lector acabará familiarizando con estructuras del cerebro como la amígdala, la ínsula, la corteza prefrontal o la corteza cíngulada, QUE DETERMINAN LOS SENTIMIENTOS Y SU REGULACIÓN Y SON CRÍTICAS PARA EL BIENESTAR DE LAS PERSONAS (subrayado no del autor del libro).
Por lo tanto Paco, el libro no es literatura para conseguir la felicidad en 15 días, ni un libro de autoayuda, ...es un libro CIENTÍFICO, que demuestra la relación entre razón y sentimientos. Lo digo yo que me considero racionalista. Sirve para ponernos al día en estos temas, pues quizás estemos desfasados en algunos temas, ya que la "ciencia avanza que es una barbaridad" y da luz a preguntas que el hombre se ha hecho siempre (Unos hacen las preguntas y ..los científicos las contestan algunas veces). José Manuel es el más indicado para explicarnos el tema, aunque ahora está en viaje poético por tierras portuguesas (Pessoa)y podrá hablar de "sentir la vida, la naturaleza, ..aparte de explicarla.". Por último, los filósofos antiguos y medievales explicaron el tema con los conocimientos de su tiempo, por lo que, la mayor parte de las veces, están desfasados (¡que no me quemen por esta herejía¡, fruto de la ignorancia que tengo del tema).
Seguiremos hablando de este tema, que es otro al que planteaba.
Jesús García-Chicote Olmedo.

1 comentarios:

Tertulia La Vega dijo...

Estimado Jesús: me dices que los filósofos antiguos están desfasados. Yo no creo que los filósofos estén desfasados en el estudio de los sentimientos, las emociones, las pasiones y su relación con la razón, la inteligencia, el entendimiento. Y esto es porque no sólo la ciencia dice verdades. Hay verdades no científicas: hay verdades históricas, personales, políticas, artísticas etc. Sobre estos asuntos hay verdades e investigaciones científicas y verdades e investigaciones filosóficas y no son incompatibles, pero unas no invaden el campo de la otras. Las verdades e investigaciones científicas tratan de averiguar el origen neurocerebral de nuestros sentimientos, de nuestra capacidad de razonar, investigan fármacos para controlar nuestros sentimientos en el caso de que nosotros no podamos etc. Mientras que las verdades e investigaciones filosóficas consisten en decir qué son los sentimientos, las pasiones y las emociones. Distinguir una pasión de un sentimiento, definir qué es, por ejemplo, el amor, los tipos de amor que existen, definir la ira, la envidia, la relación que pueda haber entre ellas. Definir la repugnancia, la avaricia, la ambición. Decir si una persona puede ser ambiciosa, pero no avara. Establecer si el odio se puede sentir sólo hacia personas, pero no hacia animales o cosas. Si es bueno o malo odiar etc. etc.
Por otro lado, podría estar de acuerdo con el título de tu contestación a mi artículo, pero también podría ser enunciado invirtiendo los sintagmas: el cerebro emocional se apoya en el cerebro racional. ¿Cuál de las dos proposiciones sería la verdadera? Lo que digo es que las ciencias que estudian estas cosas (la psiquiatría, la neurofisiología etc.) aún no han encontrado la solución a todas estas cuestiones y están lejos de ello.
Lo que afirmo en mi anterior artículo se puede formular en otros términos: no se trata de entender al ser humano como un compuesto de sentimientos y razón o con un cerebro racional y otro emocional. Tenemos un único cerebro. Lo que se trata es que la razón, pues no podemos no ser racionales, produzca los sentimientos adecuados y elimine los no adecuados (no entro aquí a discutir cuáles son éstos), se trata de que la razón sepa dominar los sentimientos para no estar inermes ante ellos. Actualmente lo único que tenemos para ésto es la educación (tampoco entramos en la polémica de cuál es la buena o la mala educación) y las respuestas médicas (biológicas, psiquiátricas, genéticas, neurofisiológicas etc.) aún están lejos de encontrar el tratamiento. Yo creo que esto es lo que hacemos con los niños y lo que han hecho con nosotros: educar es, entre otras cosas, enseñar a dominar los sentimientos o hacernos sentir las cosas de la manera correcta.

Francisco Belda de la Santa.